27/11/07

Presentaciones y encuentros


JMP, Horacio Preler y Antonio Moro. Casa de Preler el día de la presentación de "Aquello que uno ama", 3 de noviembre de 2006.






Antonio Moro, Horacio Preler, JMP y Gabriela Carbone en la redacción de El espiniyo, 4 de noviembre de 2007.


Ramón Tarruella, Charli Olmo, Gabriela Carbone, JMP, Elvira Triana y Luchi el 28 de febrero de 2007 en la redacción de El espiniyo, City Bell.







Héctor Martínez, JMP y Tamara Rafaelli el 4 de febrero de 2007 en la redacción de El espiniyo, City Bell.

Ricardo Gil Soria (actor, director y "alma pater" del CCLP), Virginia Fuente, JMP y Alejandro Fontenla en el Centro Cultural La Palanca de Manuel B. Gonnet, 2007.




Gustavo Caso Rosendi y JMP en el Centro Cultural La Palanca de Manuel B. Gonnet, 2007.

24/11/07

El espiniyo revista poesía sumario 1-2-3-4

el espiniyo

revista de poesía de las cuatro estaciones

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Sumario Número 04 / Invierno 2006
Entrevista y Poesía Inédita: Juan Carlos Moisés / Educación y Poesía: La poesía como continente / Poemas: Idea Vilariño, Patricia Coto, Alfredo Fressia / Entrevista y poemas: Mariano García Izquierdo (1935-2006) / Señales de vida: Osvaldo Picardo, Jorge Falcone, Francisco Squeo Acuña, Rubén Derlis, Susana Cattaneo, Sergio Ferreira, Yadi María Henao, Rolando Revagliatti, Jorge Rivelli, Zulma L. Sosa, Alfredo J. Maxit, Elias Antunes, Rafael Vásquez, Mariano Ojea, María D. Lucero, Diego Roel, Claudio Si
miz, Ana E. Lahitte / Ensayo: Cartografía de "Mandala" poema de Horacio Castillo / Escribir para nadie / Libros: Vilariño, Oteriño, Pallaoro, Pilía, Schmidt / Caminitos en la maleza: Lo sustantivo / Correo de lectores / ... Escriben y colaboran: Héctor Martínez, Daniel Freidemberg, Gustavo Martínez Astorino, Horacio Fiebelkorn, Irina Bogdaschevski, Guillermo Pilía, Jorge Isaías, María T. Andruetto, Horacio Preler, José María Pallaoro, Tomás F. Tapia, José M. Lanzilotta, Néstor Mux...
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Sumario Primavera 2005 – Verano 2006 / N° 03
Editorial: Toda la razón del mundo. / Poemas y Entrevista: Horacio Castillo “El poeta es el poema”. / Opinión: Castillo, el solista, por Horacio Fiebelkorn. / Ensayo: Poesía y Humor, por Paulina Juszko. / Poesía inédita: Gustavo Caso Rosendi... / Señales de vida: Roberto Díaz / Rodolfo Godino / Santiago Espel / Guillermo Pilía / Marcelo Vernet / Eduardo Dalter / Alberto Polti / Maria Cecilia Font / Kato Molinari / Josefina Moreau / Jorge Brega / Adriana Coscarelli / Enrique Gracia Trinidad ... / Libros: PALABRA VIVA, Cantoni, Cornejo, Requeni, García Gayo, por Sinelli, Fittipaldi, Preler, Bernardello, Sureda / Caminitos en la maleza: El poema, nuestra casa: Mux, Sylvester / Correo de lectores
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Sumario Invierno de 2005 / N° 02
Una entrada: 5 de mayo de 2005 por Néstor Mux / Entrevista: Abel Robino: “El exilio es como un campamento permanente o no tener nada bajo los pies”. / Ensayo: Un epílogo y diez enunciados sobre la poesía, por Rafael Felipe Oteriño. / Señales de vida: D’Anna / Pernas / Bertone / Moore / Requeni / Glorioso / Martínez Astorino / Moro / Antonio/ Revagliatti / Martínez / Carden / Solves / Isaías / Deledicque /Schaefer Peña / Cornejo / Traducción: Tarkovski: “Día de invierno” y otros poemas, por Irina Bogdaschevski. / Otra entrada: Alguien escribe un poema, por Leopoldo Castilla. / Poesía inédita: Mux / Pallaoro / Soulé / Núñez West / Almeida / González Vidal / López /Mandarano / Ferrero / Olgiatti / Libros: Ballina / Fiebelkorn / Romero / Roel, por Sureda / Etcheverry / Juszko / Fittipaldi / Caminitos en la maleza: Un poeta en un atardecer de invierno.
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Sumario Otoño de 2005 / N° 01
Editorial: “El espinillo” poema de Edgar Bayley. / Ensayo y poema inédito: Héctor Viel Temperley: El ángel de las botas, por Alejandro Fontenla. / Entrevista: Horacio Preler: “La poesía es una forma de sobrevivir”. / Señales de vida: Ballina / Castillo / Aprea / Etcheverry / Coto / Martínez / Fiebelkorn / Pilía / Montenegro / Rivelli / Revetria / Cornejo / Cwielong / Romero / Sinelli / Roel / Alcaraz / Siveau / Raninqueo / Lahitte / Álvarez / Godino / Caso Rosendi / Miranda / Poesía inédita: Matías Fittipaldi / César Cantoni / Libros: Adrián Ferrero, Javier Adúriz, Horacio Núñez West: Tres generaciones opinan de “Papeles a consideración” de Néstor Mux. / Caminitos en la maleza: “La campana”.

19/11/07

Mario Porro: Un poeta en un atardecer de invierno





Un poeta en un atardecer de invierno


Por José María Pallaoro

Me detengo un instante ante la puerta. Aspiro lentamente el perfume de las flores del jardín. El poeta Mario Porro me está esperando. Se alegra al verme entrar. Me abraza. No hablamos, sólo le muestro lo que le llevé: The Freewheelin Bob Dylan, en su versión original en vinilo, la más grande colección de canciones folk, le comento a Mario, con palabras que no son pero que siento mías. Me acomodo en el sillón, busco en el bolso papeles y lápices, dejo todo preparado en la mesita, y espero. Mario saca de la máquina el compacto que estaba escuchando. Bach, seguramente. Ahora es él quien se acomoda, apoya las manos sobre las rodillas llevando con los ojos cerrados el mentón al pecho, como años después observaría en Delma, mi instructora de yoga. Le comento que pasé en limpio su último poema: Tristeza tristeza (Puerta del cielo)*. Creo percibir en su rostro una leve satisfacción. Leo el poema como a él le gusta: línea por línea. Establecemos la pausa y luego repito:

Ahí va
el invierno
Sol sin hojas


Es casi terrible –dice Mario– el contraste que hay entre el sol y las hojas de la primavera y el sol sin hojas del invierno. Da la idea de que nunca vamos a volver a completar el ciclo del eterno retorno.
Leo:

Disfraz
de los sentidos


(En cada uno de nosotros hay una configuración muy distinta, pienso, y no sé si es mi pensamiento o lo que Mario me transmite en ese momento.)

Nos vemos
hacia adentro
sin querer
Las piedras
nos angustian
Ya no hay luz

Es frío

¿Qué encontramos? Las piedras que podrían portar luz sólo son portadoras de frío. Nos damos cuenta de que la piedra es piedra por el frío. Pero cuando hay luz es más fuerte en nosotros la visión de la piedra, después lo que persiste de ella en la oscuridad es el frío. Es el momento en que nos vemos hacia adentro, de la luz al frío, y siempre va a ser así –dice Mario.
Leo:

Cada viento
se oye
en el corazón


Es más fuerte el viento que se oye con el corazón que con el oído. Y es más prolongado en nosotros. Que el lector (Mario piensa en un posible lector) tenga idea de lo que es el viento escuchado y que sea perdurable. Siempre me interesó la coherencia. Si no hubiera una coherencia natural estaría mal escrito. Ese viento que connaturaliza con el frío. El calor es parte de nuestro existir, por eso el viento frío es más poderoso (es lo que nos mata, pienso). Es lo que nos mata –dice Mario.

¡Tristeza tristeza!
No es redundante porque alude a dos golpes de frío. (En el poema original la línea estaba partida, le sugiero a Mario que eso le quita la continuidad a esos golpes. Asiente con la cabeza, y me pide que lo corrija. Todo maestro sabe escuchar.)

¿Quién abre
la puerta
hacia el cielo
limpio?

(Sé que se refiere al verdadero cielo.)

“Tampoco
el silencio
es señal
si el amor
no le ha enseñado”


Aun un imponderable como el silencio no sería una señal si no estuviera apoyada, si el amor no la impulsara, si no le ha enseñado a golpear la puerta para encontrar el cielo. Uno puede hacer un golpe, pero dos golpes es un llamado. La señal más profunda del golpeteo es el silencio, le digo. Sí –dice Mario–. El silencio entre un golpe y el otro es el que nosotros percibimos como llamada. Pongo un tiempo entre una palabra y otra, entre una cosa y otra. La llamada solamente tiene significado si el amor lo ha enseñado, ése es un riesgo filosófico. Si el amor no le ha enseñado el silencio no es una señal. Lo escucho, y siento como si Bach no se hubiese ido del todo.

Ahí va
el invierno
Se aleja
Nos deja


Todo lo que arrastra el invierno lo ha sacado de nosotros mismos y nos deja el negativo. Lo que ha sacado queda como vacío formal en nosotros. Queda la antipartícula (y no queda más que sonreír y pensar: “Se aleja / Nos lleva”, podría haber escrito, pero sería seguramente algo más romántico), queda el hueco de lo que existió, concluye.

Dormirá
en cada pequeño arroyo
de nuestra sangre


Sí, lo sé, es un poco arriesgado –dice Mario–, pero creo que es así. Somos una gran cantidad de pequeños arroyos en nuestra sangre. Y pareciera que completamos el ciclo del eterno retorno. El invierno deja más cosas que la primavera o el verano. (El invierno, pienso.) Abrí la puerta –dice– y vi el invierno, y descubrí la inmensa tristeza que hay. Para mí es muy fuerte pensar en un poeta en un atardecer de invierno. Acá lo puse porque el invierno nos hace ir hacia adentro y nos llena de cosas que son más potentes. Son más potentes las tristezas que las alegrías. Son más importantes que la alegría. Parece que la alegría perdiera potencia a medida que se aleja de uno. Cuando se recuerda, se recuerda mucho más concentrado. El invierno da la sensación de ir siempre hacia la muerte. El invierno es la decadencia. La decadencia es más importante que el crecimiento porque es el cierre, es el fin. El crecimiento tiene la esperanza de corregirse, realizarse, darse forma en el futuro.
Abro la puerta. Afuera llueve. Sé que estoy creciendo. Sé que el día me dará una nueva oportunidad. Y me voy agradecido.

El espiniyo, revista de poesía, Nº 02, invierno 2005
* El poema de Mario Porro fue escrito alrededor del 29 de agosto de 2001.
Foto: Mario Porro y JMP.
Presentación de "Tropos", Pasaje Dardo Rocha, La Plata, 2000.

Néstor Mux: Carta íntima para todos


Carta íntima para todos

Por José María Pallaoro

“Si me preguntan qué es mi poesía
debo decirles: no sé,
pero si le preguntan a mi poesía,
ella les dirá quien soy yo.”
Pablo Neruda


Conocí a Néstor Mux en el desolado invierno de 1974, aunque también pudo haber sido en junio de 1973 cuando mi viejo regresó a casa con un ejemplar del diario Mayoría; o entre las páginas de alguno de los primeros números de la revista Crisis. Pero lo más probable es 1974. Meses antes –una eternidad para un adolescente–, había visitado con mi hermano y unos primos la ciudad de Corrientes, con la idea de disfrutar el carnaval y sus comparsas. Esa fue una noche especial, o “excepcional”, como rezaba una sufrida canción de la época. Yo contaba con 13 o 14 años, y la policía correntina me recibía con una paliza descomunal, por esas cosas también de la época “… el duro oficio de estar erguido y caminando por la tierra, con la necesaria cuota de dignidad, siempre…”, como Mux contó poco tiempo después. Tenía todo el derecho de ser rebelde en el momento que conocí a Mux.
Poco sabía de él. Pequeñas, sencillas cosas. Entre otras que había terminado el secundario en el colegio Belgrano de City Bell, el pueblo de Speroni, a quien, luego de su partida y adonde estuviera, le recordó “… que las grandes lluvias del año enverdecieron la hierba de City Bell, de tu pequeño inmenso City Bell que no te olvida…”; y la más importante para mí, que al igual que su amigo, él era poeta. “Que no te olvida”, escribía Mux a su amigo. Olvido. Uno de los tantos males que padecemos los argentinos –o por lo menos, algunos, ¿muchos?, de los argentinos–, al igual que la indiferencia. Bertold Brecht escribió que los indiferentes eran los asesinos de la vida. Desde un primer momento supe que Mux no pertenecía a ese grupo, y que era un poeta de la vida.
Decía (no quiero perderme, cuando uno escribe una carta son muchas las cosas que retornan como pájaros que juguetean en el cielo, azul o gris, eso no importa ahora); pero, decía que, conocí a Mux, en un año de tanta esperanza y de tanta desilusión. Y nuestro encuentro fue a través de uno de sus libros más testimoniales, al que –sugestivamente– llamó Cartas íntimas para todos, editado en marzo de 1974. No sé exactamente cómo esas cartas llegaron a mis manos. Quizás el libro lo alcanzó mi hermano, que seguramente lo recogió de su esposa o de la hermana de su esposa, Mirta Villanueva.
Quiero, es necesario, mencionar, recordar a Mirta como también a su marido Sergio Paniagua, para que no siempre cometamos eso que caracteriza tanto a ¿muchos? Argentinos, y sabiendo que la muerte sólo ocurre en la memoria. Mirta –posiblemente embarazada de un mes y medio– y Sergio, fueron secuestrados el 3 de octubre de 1978 en Oberá, Misiones, por fuerzas de la Policía Federal. Y nunca más aparecieron. Ya eran otros los años, y Argentina, –la patria de Mux, la nuestra– un pleno carnaval, de cuya fiesta sólo disfrutaban unos pocos. Aunque de eso hay veces que no estoy seguro.
Pero ese es otro asunto –alguna vez deberíamos tratarlo en profundidad–; lo cierto es que leí las Cartas íntimas para todos; y sentí a un amigo, un hermano un poco mayor que soñaba conmigo, con “la gente de esa tierra, que aún no perdió la esperanza de vivir en un mundo mejor”. Por supuesto, eran otros tiempos, otra época. La época en la que aparecieron las Cartas íntimas... donde Mux se confesaba, nos confesaba, a nosotros, su visión de poeta popular, trabajador de la belleza. Cartas íntimas, escritas para todos, porque en esos años cada uno de nosotros éramos todos, es decir un pueblo que se quería poner de pie y erguido caminar dignamente junto a la vida. Mucho después supe, aprendí, que únicamente los que se sienten libres pueden ser liberados y que no hay revolución o cambio, o como quieran llamarle, que pueda liberar a los que no aman o se resignan a la opresión.
Raúl González Tuñón consideraba que el poeta es siempre poeta. Pero agregaba: “qué bueno sería que comprenda de una manera alegre y terrible, cuánto mejor sería para todos que esto cambiara.” Y el poeta Mux lo comprendió.
Alguna vez Mux intentó explicar su acercamiento a la poesía. Escribió: “Escribimos no para encontrar respuestas sino para acercarnos a una manera mejor y más sincera de formular las viejas preguntas que igualan a los hombres”. Sabemos que la originalidad de un escritor –en este caso un poeta– no está en escribir “difícil” o tratar de impactar con un cross en la gramática, sino que la originalidad se encuentra en que el poeta pueda ver la propia realidad desde sí mismo, y que los hombres sientan y se conmuevan.
Las cartas de Mux, escritas con sencilla técnica expresiva, nos conmovieron y aún hoy nos conmueven. Nos emociona la carta al hijo que está por nacer; las cartas ligadas a su tiempo y a su tierra, la ternura con que Julia escribe a su Ramón a quien la policía se llevó de su casa por exigir lo que era justo; la carta a Hortensia Bussi de Allende, la mujer de Salvador, presidente democrático de Chile, asesinado por Pinochet y su feroz dictadura; la carta desde el año nuevo, que al igual que el hombre, desgraciadamente nunca llegó.
Entre todas esas cartas íntimas hubo una que me emocionó especialmente. La "Carta a mi pequeña, para mañana, desde esta Argentina que comienza", fechada en la madrugada de un 25 de mayo de 1973, en el inicio de lo que luego iba a ser una fugaz primavera.
En esta carta Mux nos decía: “Hija nuestra: ahora que dormís, reclinada y fiel, sobre tu primera y más bella muñeca; ahora que son las tres de la mañana y ha pasado ya ese 25 de mayo de 1973, ahora que ha comenzado a no terminar nunca este día, que cuando crezcas sabrás todo lo que vale, todo lo que nos costó, en todo lo que nos hizo creer…”.
Durante años me pregunté qué pensaría Julieta a medida que crecía y leía la carta de su padre, de esa madrugada de un 25 de mayo en la que “… miles y miles de jóvenes, con carteles y música, con plazademayo con palomas y alegría violenta y un otoño inolvidable de hermandad y consignas, porque después de mucho tiempo nos sentíamos hermanos…”, escribía mi amigo o hermano (un poco mayor) a su hija; digo, me pregunté, en ese momento y en otros incluso me pregunto ahora, qué pensará su niña de ese día en el que esos jóvenes y un país “nos acercábamos al rostro del otro, a la piel y a la verdad de cada uno y de todos. Y nos mirábamos la leyenda de los carteles y las banderas en las que venían a tomar el gobierno, con nosotros, los que cayeron en todos estos años siniestros, porque el enemigo no había escatimado impiedad ni falsificaciones”. Papanéstor le escribía a su hija, y yo pensaba, pienso, qué pensará ella ahora, en estos años aún más siniestros, de esa carta escrita “para vos y para todos, los que ahora comenzamos a encontrarnos (o a equivocarnos por cuenta nuestra). Ahora que tenemos la absoluta seguridad de que sobre esta patria respirarás un día un aire limpio…”, escribía Papanéstor a su niña, pero también a su amigo o hermano un poco menor, que soñaba con la poesía y con un mundo mejor. En realidad, yo no sólo pensaba en Julieta, o tal vez sí, pero en todo caso, pensaba en mí que también había creído, y que creía y que creo.
Desde entonces Mux es mi amigo, aunque pocas veces nos hayamos encontrado para compartir un café. Su poesía está en mí porque “la vida es como una libertad caliente y que después de todo: vale la pena”.
Por suerte Mux y su poesía (a partir del presente volumen) vuelven a estar con y en nosotros. Ojalá sea un punto de partida que permita que el poeta se encuentre con las nuevas generaciones. Y esas nuevas generaciones con el poeta que alguna vez nos confesó que su visión desdichada del mundo había contribuido a dejarlo callado.
Hoy, y después de tantos y amargos y dulces años, queremos hacer nuestras las palabras de John Keats: El autor de Hiperión –hijo del cielo y de la tierra, padre del Sol, la Luna y la Aurora– dijo que la felicidad no necesita ser trasmutada en belleza, pero la desventura sí; y que una cosa bella –por ejemplo un poema– es una alegría para siempre. Por eso agradecemos este libro. Y el porvenir.
City Bell, agosto de 2000

En “Néstor Mux: Poesía reunida”,
Ediciones Al Margen, 2000.
Foto: Los poetas Néstor Mux, JMP y Carlos Aprea
en la redacción de El espiniyo, City Bell, 30 de junio de 2007.

Traducciones, al portugués


Tradução Maria José Limeira

PARA QUÊ?


para que dormir
se nos sonhos

o céu é céu
a terra é terra

e nós dois
somos pássaros

que se cruzam
e não se reconhecem?



PARA QUÉ

para qué dormir
si en sueños

el cielo es el cielo
la tierra es la tierra

y nosotros
dos pájaros

que se cruzan
y no se reconocen


De: Son dos los que danzan,
Libros de la talita dorada, 2005

Traducciones, al catalán



POEMES DE JOSÉ MARÍA PALLAORO

EN TRADUCCIÓ AL CATALÀ DE PERE BESSÓ

LES ALES DEL DESIG
Ella és un ocell que de nit vola a llocs desconeguts
Porta entre les seues ales el sabor dels qui l’estimaren durant el dia
Viatja sola per por que la soledat l’abandone
Ella es lliura als braços que la foscor li proporciona
Aqueixos braços l’abriguen de la possibilitat certa de la mort
La mort sempre la descobreix emparada a la nit
A voltes es deté a beure aigua dels rierols quiets
I un home que es dibuixa en la momentània transparència del món
li recorda que no tot l’escrit es podrà llegir


LAS ALAS DEL DESEO
Ella es un pájaro que de noche vuela a lugares desconocidos
Lleva entre sus alas el sabor de los que la amaron durante el día
Viaja sola por temor a que la soledad la abandone
Ella se entrega a los brazos que la oscuridad le proporciona
Esos brazos la abrigan de la posibilidad cierta de la muerte
La muerte siempre la descubre amparada por la noche
A veces se detiene a beber agua de los arroyos quietos
Y un hombre que se dibuja en la momentánea transparencia del mundo
le recuerda que no todo lo escrito podrá ser leído


____________________________________

VESPRADA DE GOSSOS
Com si la vesprada passàs per la senzilla raó
que hi ha silencis
que es fan el mort
Com si els gossos que dormen davall del sol
lladrugaren en els seus somnis
al desconegutCom si res no restàs
Només la cendra
que ens tingué de testimoni
Senyals de mirar-nos
Còmplices.

TARDE DE PERROS

Como si la tarde pasara por la sencilla razón
de que hay silencios que se hacen
los muertos
Como si los perros que duermen bajo el sol
ladraran en sus sueños
al desconocido
Como si nada quedara
Sólo la ceniza
que nos tuvo de testigo
Señales de mirarnos
Cómplices
__________________________________

AIGÜES DE LA NOSTRA SET

Ella para els vaixellets de paper damunt de la taula

Aqueixos vaixellets deturats en l’esguard còmplice
La vesprada passa perquè les aigües de la nostra set empenten els vaixellets

AGUAS DE NUESTRA SED

Ella acomoda los barquitos de papel sobre la mesa
Esos barquitos detenidos en el cómplice mirar
La tarde pasa para que las aguas de nuestra sed empujen a los barquitos
_______________________________
AL NATURAL
Nua puges
l’escala de fusta
tanque els ullsper
a perpetuarla suavitat
dels teus passos
el vaivé dels teus pits
deixar fora
-ni que només sigaper
aquesta nit-
la ciutat i la tristesa
decidida t’arrupiràs
al meu costat
en un instant
en l’instant precís
en què el cel s’obrirà
a la festa dels cossosa
l’amor dels dos

AL NATURAL
para Maite

Desnuda subes
la escalera de madera
cierro los ojos
para perpetuar
la suavidad de tus pasos
el vaivén de tus pechos
dejar afuera
-aunque más no sea
por esta noche-
la ciudad y la tristeza
decidida te acurrucarás
a mi lado
en un instante
en el instante preciso
en el que el cielo
se abrirá
a la fiesta de los cuerpos
al amor de los dos
_____________________________
MARIO PORRO
La pluja portà
junt al cansanci
de la vesprada
La notícia inesperada
Una soledat
infinita

MARIO PORRO

La lluvia trajo
junto al cansancio
de la tarde
La noticia inesperada
Una soledad
infinita
_________________________________
ELLA SAPper a L. Andreas

Sap separar l’arbre
del bosc

Ella enfosqueix
amb la seua boca
el sol

Per a la nostra joia
aviat plourà


ELLA SABE
para L. Andreas

Sabe separar
el árbol del bosque

Ella oscurece
con su boca
el sol

Para nuestra dicha
pronto lloverá
____________________________
ELS OCELLS DE LA VIDA
Només algunes estrelles guien
la petita passatgera

que dins d’una bufada besarà
l’home
en la platja encesa

perquè els ocells de la vida
canten

canten
junt al teu pensament

que canta

LOS PÁJAROS DE LA VIDA

Sólo algunas estrellas guían
a la pequeña pasajera

que dentro de un soplo besará
al hombre
en la playa encendida

para que los pájaros de la vida
canten

canten
junto a tu pensamiento

que canta
_________________________

COLORSper a Gaby

No entén de colors
confon el vermell amb la lleialtat
allò racional amb l’esperança
i la puresa amb l’obscenitat

No entén de colors
per això pinta

COLORESpara Gaby

No entiende de colores
confunde el encarnado con la lealtad
lo racional con la esperanza
y la pureza con la obscenidad

No entiende de colores
por eso pinta

[De Son dos los que danzan, 2005]

Traducciones, al italiano



José María Pallaoro
La Plata, Argentina, 1959


No sé
para Elena

por qué
si afuera llueve

elijo una música
diferente

en el adentro
los sonidos se besan

son dos los que danzan


Non so

Perché
Se fuori piove

Scelgo una musica
Diversa

Nel dentro
I suoni si baciano

Sono due quelli che danzano

Traduccion. Giovanna Mulas y Gabriel Impaglione

3/11/07

El espiniyo revista poesía sumario 5 / 6


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el espiniyo
revista de poesía de las cuatro estaciones
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el espiniyo 5 / 6 poesía – para sacar una idea adelante
número doble / tres años + páginas
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Contenido 5 / 6
Irina Bogdaschevski: Entrevista y poemas inéditos: “La poesía es un gran río que arrastra nuestros sentimientos y pasiones”. Traducciones: Boris Pasternak por Marina Tsvietáieva / Bella Ajmadúlina. Ensayo: Acerca de Poesía civil de Sergio Raimondi / Escribir poesía después de la ESMA / Servarios para King Kong / Poemas: Francisco Urondo / Caballos del bebedor. Poesía inédita: Daniel Omar Favero, joven poeta desaparecido / Néstor Mux y adelanto de su nuevo libro. Dos miradas: Acerca de Aquello que uno ama último libro de Horacio Preler / Poesía, ruptura y sufrimiento / Fútbol y poesía. / Libros: Marina Tsvietáieva / Simbolistas rusos / Rodolfo Godino / Jorge Isaías / Adrián Ferrero / Virginia Fuente / Carlos Aprea / Reynaldo Uribe / Julián Axat. Poesía inmediata: Para Carlos Fuentealba por Sandra Russo / Señales de vida: Pablo Anadón, Mónica Muñoz, Sergio A. Giuliodibari, Guillermo Ibáñez, Alba Correa Scandell, Roberto Moscoloni, Marcela Predieri, Tomás Aiello, Santiago Bao, Alberto Luis Ponzo, Daniel Tevini, Susana García Amigó, René Velásquez, Susana Moretti, Alfredo Jorge Maxit, María Antonio,…/ Caminitos en la maleza: Dana, la instrumentista en la noche fría. / Bazar de los milagros / Editorial: Dale gracias. Los poetas oficiales: Francisco Madariaga. Escriben y colaboran: Irina Bogdaschevski, Hernán Pas, Alfredo Jorge Maxit, Alejandro Fontenla, Alberto Luis Ponzo, Julián Axat, Esteban Rodríguez, Horacio Fiebelkorn, Hugo Savino, Antonio Moro, Guillermo Pilía, Graciela Falbo, Daniel Ponce, José Ma. Pallaoro, Margarita Torres, Virginia Fuente, Néstor Mux, José M. Lanzilotta, Cristina Favero, Elena B. Núñez, Soledad Rodríguez Sabater, Gabriela Carbone, Basho (perro que lee no muerde)…
Director: José María Pallaoro
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Pedíla en:
La Plata:
Librería Lenzi (Diagonal 77 e/ 6 y Plaza Italia), Librería Capítulo II (Calle 6 entre 47 y 48), Librería Rayuela (Calle 44 esquina Plaza Italia), Librería Atenea (Calle 49 e/ 4 y 5), Librería Estant (Calle 7 e/ 47 y 48), Librería Prometeo (Calle 48 e/ 6 y 7), Biblioteca El Faldón (Calle 17 y 71), City Bell Libros (Calle Cantilo y 4, City Bell).
Buenos Aires:
Librería Fedro (Carlos Calvo nº 578, San Telmo, 011-4300-7551), Kiosco Diarios y Revistas (Perú esquina Carlos Calvo, San Telmo).
Quilmes:
Librería El Monje (Alsina 285 / tel. 4253-8008)
Mar del Plata:
Ilusiones Libros (La Rioja 2379 - tel ( 0223) 494-7789)
Córdoba:
Espejo Libros (espejolibros@arnet.com.ar)
Números atrasados y suscripciones: llamando al (0221) 472-1429 o escribiendo a: delatalitadorada@yahoo.com.ar
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Son dos los que danzan, primera edición




Son dos los que danzan
Libros de la talita dorada
Diagramación de cubierta e interiores:
La casa verde,sobre una pintura de Miguel Alzugaray «Sin azul» acrílico sobre tela, 0,60 cm x 0,80 cm., 1995.
© 2005, José María Pallaoro
ISBN: 987-97974-3-4
a Mario Porro,
in memoriam,
y a Néstor Mux





Tres poemas:


Al natural

para Maite

Desnuda subes
la escalera de madera

cierro los ojos
para perpetuar
la suavidad de tus pasos

el vaivén de tus pechos

dejar afuera
–aunque más no sea
por esta noche–
la ciudad y la tristeza

decidida te acurrucarás
a mi lado
en un instante

en el instante preciso
en el que el cielo
se abrirá
a la fiesta de los cuerpos
al amor de los dos


Ella sabe
para L. Andreas

Sabe separar el árbol
del bosque

Ella oscurece
con su boca
el sol

Para nuestra dicha
pronto lloverá



Cantar a tientas
para Horacio Castillo

Hace una cantidad de años
se solía dejar ciegos a los canarios
para lograr en su canto
mayor belleza
–actitud típicamente humana
como cortar lenguas
cercenar gargantas–

Hoy
las cosas no han mejorado
y los pájaros que aún sobreviven
cantan
a tientas
todo el tiempo

con señas desesperadas

El viaje circular (1973-1981)




El viaje circular
(Poemas, 1973-1981)
de la talita dorada


a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo,
y desde ellas
a todos los Compañeros,
que al igual que el poeta,
sabían que hay otro mundo,
y que está en éste.


PALABRAS PREVIAS

Nací en La Plata, a las 10 y cuarto de la noche, un 28 de febrero de 1959; pisciano y chancho, según los astros y chinos horóscopos; además de un atípico, y hoy desapasionado, millonario, en una ciudad de lobos y pincharratas.
Viví, vivo (descontando alguna corta estancia en mi ciudad natal) en City Bell: soy un citibelense hecho y deshecho, aunque no sé muy bien qué signifique eso.
Los textos de este libro nacieron naturalmente, de un tirón, en mi adolescencia y, salvo los indicados, fueron escritos en City Bell y sus alrededores: en sobresaltos nocturnos en mi cuarto, con la sola compañía de un cigarrillo; encerrado en el baño intentando que los viejos no se enteraran de los hábitos del nene; por supuesto que en plazas y trenes cuando se tenía la confianza y la libertad como para hacerlo; recuerdo poemas garabateados en talonarios de papel áspero, de los que usaban los comerciantes para sus anotaciones de sumas y restas, y de hojas arrancadas y liberadas como si fueran pájaros por las ventanillas de La Carreta -colectivo de la Línea 503 que realizaba el trayecto La Plata-City Bell y viceversa-, textos cotidianos que deseaba compartir con la gente.
Muchos de esos poemas se conservaron en una serie de cuadernos y papeles, desempolvados luego de larguísimos y breves años. Ignoro el motivo (¿curiosidad? ¿saber qué había quedado del antiguo dolor? ...) que me llevó a iniciar este viaje circular, y releer esos cuadernos olvidados; pero sé del impacto emocional que recibí al recorrerlos, y al reconocerme en algunos de ellos; e incluso, a desconocerme por completo en otros; poemas que volvían a hablarme de la esperanza, el amor, la tristeza, el dolor, la derrota, la muerte.
Por alguna extraña razón, que no quisiera ahondar en esta sucinta introducción, he decidido dar a conocer algunos de los poemas de esos cuadernos y papeles, aun reconociendo su escaso valor literario, pero queriendo de alguna manera, rescatar a ese joven que alguna vez fui, y del que, sin embargo, no tengo nostalgia.
De algo estoy seguro: a ese muchacho le hubiera gustado vivir, contar, otra historia.
En verdad, la adolescencia es un lugar al que no desearía regresar; sobre todo a ese «lugar», el país de aquellos años, en los que el terror y el miedo, se habían instalado con la dictadura más sangrienta por la que tuvimos que atravesar.
El terror y el miedo eran tan reales (aunque es cierto que muchos se conformaron con la felicidad del avestruz) como la luna, el sol, la vida (que valía poco, prácticamente nada; releo, ahora, el poema del 12/5/78, donde un lacónico «Ellos quisieron llevarme», me recuerda una madrugada pateando calle abajo la calle 12, a pocas cuadras de una comisaría, y un auto frenando bruscamente junto a mí, y a los «muchachos de la pesada» «chupándome», pero por pura diversión, como si realizaran una infantil travesura; y recibir, además de una paliza, un simulacro de fusilamiento; hasta el momento que improviso estas líneas desconozco el sitio donde fui abandonado, y cómo pude llegar a casa: esas raras pasadas que nos juega la memoria).
Decía: la Vida, de la que nos aferrábamos con nuestros mejores sueños. Eran años en los que me abrazaba al rock (la progresiva, como le decíamos), las historietas, los insuficientes libros que había en casa, las películas de la tele, y la radio (con alguna que otra isla, ante la mediocridad y la mentira de los conocidos de siempre).
Reitero, no tengo nostalgia del adolescente que fui. Sí por el joven que pudo ser en un país más digno, verdadero.
El viaje circular, librito sencillo y de escaso valor, tiene el atrevimiento de estar dedicado a la memoria de todos los que soñaron un mundo distinto, a los que dieron la vida por conseguirlo, y a los que la siguen dando, a pesar de todo.

JMP
City Bell, 1988

Pájaros cubiertos de ceniza (1982-1990)




(1982-1990), selección

CANTILENAS



PARA VIVIR

sólo
necesito

pequeñas verdaderas cosas

el libro elegido
un arroyo traslúcido de luz y pájaros
un sauce llorón del que penda una última lágrima
una brisa profunda y fresca
En la tarde

tu amor


ELLA

ella
escribe
con sus ojos
un mundo

(sencillamente nuevo)

su mundo


SIN APRESURAMIENTOS

sin la fuerte agonía
del no decir
nada


EQUILIBRIO

callada

buscas
la lluvia

la descalza y fría lluvia
de tu sombra


PÁJAROS

para cuando el pájaro
haya decidido salir de la jaula

el cielo se habrá desvanecido


CAMPO DE GIRASOLES SIN CEREZAS
(Óleo sobre cicatrices)

no hay cerezas
en ciertas estaciones del alma

sólo girasoles amarillos
realmente amarillos

y orejas
diseminadas

a lo largo de la calle


¿EL HOMBRE NUEVO?

dejó la mano
colgada en el perchero
y fue a buscar la luz

tenía ojos como pájaros
una piedra en el pecho

nunca era tarde / para él
no importaba la dignidad
del camino

dejó la mano colgada
en el perchero
y además

un corazón

y salió a buscar
la luz

la que no verá


HOMO SAPIENS

él sabía
de hierbas
de la mano tendida en la arena
y de sus inscripciones

él sabía
de la noche taciturna
de su melopea
y de los pájaros que partían

él sabía
de la hora detenida
de collares sumergidos en el mar
guijarros sin pertenencia

ah playa sola
desmayada junto a tus ojos


DE AMORES Y DE ÁNGELES



COTIDIANO

en la cocina
lavando la lechuga
y los tomates de la huerta

cociendo el arroz (a fuego lento)
entre naranjas y uvas
rayando zanahorias (porque te gustan)

te espero
a vos
que sos
mi comida


UNA MUJER

y mirar
por la ventana

(mirar)
la higuera

(mirar)
los lirios del agua
las estrellas de mar

(mirar)
la otra casa

(mirar)

(mirar)

con ojos ausentes
(mirarte)


MARAVILLAS

en la música de la noche
te descubro/ nueva

ojos lunares/ sombras chinescas/

los higos de lo dulce
danzan al compás de mi boca


ELLA SIEMPRE

desmayada entre mis piernas
su pelo
desayunaba en mi pecho

y dejaba miguitas
luego regaladas
a las palomas de la plaza/

..........
siempre repetía
«la inteligencia sola/ carece de dolor»/

..........
no supe de sus ojos - nunca me miraba -
y los buscaba cuando jugaba a perderse

solía recorrer lugares oscuros y ventilados
donde las sombras/ las nubes de la soledad/

hablaba desde el silencio de sus manos
y se reía - no lo hacía con frecuencia -

de los sueños/ de la revolución
del corazón/ la quimera del amor/

..........
acomodaba/desacomodaba/
los libros de la biblioteca
y preguntaba y preguntaba/

Ella
preparaba sus cosas
para no irse jamás
y dejarme para siempre/


ELLA VA

ella va

con
el sol
de octubre
entre sus manos

con
la roja
dicha
por venir


AMELIA

la ardiente brisa
de tus ojos

la dorada lluvia
de tus besos

dicen del goce
el deseo del amor

la cristalización
del instante


COMPARACIONES

no sé por qué tomo
la costumbre de acumular
fatigadas botellas vacías
en un rincón del ropero

una al lado de la otra/
una al lado de la otra/

no sé por qué comparo
en este preciso momento
esas botellas con nosotros

¿será porque alguna vez
estuvimos plenos de contenido
y poco a poco
nos fuimos vaciando

uno del otro/ uno del otro/

como esas botellas
que ahora están
en un rincón del ropero?


ANTOLOGÍA

en un libro de poemas de
Alejandra Pizarnik
(página 49, CEAL 1982)
guardé aquello que
quedó de vos

y seguirá allí
hasta que

te haya olvidado
o el resto de vos

se haya desvanecido
de una buena vez


ÁNGELES

Nunca vi un ángel
En realidad no sé si los ángeles existen
Pero hay mujeres - hermosísimas - tan parecidas a ángeles
Cierta vez amé a una de esas mujeres ángeles
Su nombre era confusión
Mutaba junto a los días de la semana

El lunes Beatriz traía la vida nueva
El martes María Irene abría las puertas de la paz
El miércoles era para Ana y su laberinto
En jueves Laura se hacía fuerte y real como la locura
El viernes Casandra presagiaba al carro de preciosas ruedas
En la madrugada del sábado Isabel susurraba utopías de verano

Y en domingo descansaba

Por una cuestión de aproximación y verdad
preferí llamarla Angélica

Y el nombre le pertenecía: Angélica era un ángel
que creía ser testigo de dios entre los hombres

La ambición no es una de mis virtudes
Por eso me conformé con ser testigo de su desnudez

Al igual que la creación duró nuestro amor
Cada vez que la besaba daba gracias al Señor
Tendida sobre sábanas desprolijas de intenso azul
Era la isla de mis deseos
Y yo pájaro jugando en sus arenas

Luego de Angélica no hubieron ángeles de los sueños
Por ella supe del paraíso y de las delicias de la huerta

Aún la espero en esta primavera de corazones amarillos


EL CUERPO DE LA MEMORIA



PROLONGO LA LLUVIA...

Prolongo la lluvia por deseo de recobrar
al profeta antiguo

No beberé agua

Haré perdurar
el domingo y los cuerpos

Cansado gritaré tu rostro en los baldíos
como quien camina sobre brasas


CUANDO VUELVO AL AYER...

Cuando vuelvo al ayer
el amor salpica
la frente

Retorna el hambre
los tatuajes
la mano enamorada

Desaparece la ciudad

El idioma se cae de silencio

Y de nuevo soy
mar
plena isla
sueño


QUERÍAS SER...

Querías ser
la justa melodía
el poema la voz
el placer

Y lograste sólo herir al viento


EL SOL SE PRECIPITA

Como ilusión perdida en la lluvia
un sahorí frente a un quebrado espejo
no logra reconocerse

Sólo queda partir
y con la esencia de mis despojos
sahumar al viento


SIEMPRE SE RETORNA...

Siempre se retorna al surco antiguo
al envejecer la dorada agüita del corazón

Bien podré olvidar un instante la llama dilecta
el verdadero nombre

Y pedir a la gente un manojo de palabras
Sin otra sed que intentar dilucidar la noche


NO PUEDEN LOS CAPRICHOSOS...

No pueden los caprichosos ojos
adornar la ciudad

si no estás/ pequeña vida

tristes albañiles/ con baldes
van y vienen


cuando parte la belleza es mejor
soltar la pena

y saltar

el dolor en el mundo no tiene suelo


MÚSICA DEL ALMA



TOMÉ EL CATALEJO PARA SABER QUÉ OCURRÍA

Tomé el catalejo para saber qué ocurría
En la otra orilla alcancé a divisar a Li Po
que levantaba su copa de vino
y bailando
como un ebrio
nos saludaba
se lo veía feliz y yo era feliz y la felicidad
un lugar común
tan común que nos pertenecía a todos


OLVIDOS (aire de amor)

con trocitos
de teja
escribía
en la vereda

seguramente
un nombre
una hora
una señal

con trocitos
de teja
inventaba
una flor
un cantero
un hombrecito
que reía

y lo hacía
custodiado
por pajarracos
de azul o de gris
que no dejan
escribir/dibujar
con trocitos
de teja
en la vereda

hace ya
largo tiempo
que ha pensado
en volver
a esa calle

donde
en las tardecitas
dejaba
una huella
un indicio
alguna marca
algo
como

«ya vuelvo»
«no te vayas»

y un nombre
que ha olvidado


CASI SILENCIO (tango)

Demasiadas palabras que relucen al sol no brillan

Pero engendramos la propia desdicha
la lógica suerte/ la mortal herida

Y no somos ajenos a largas sombras
a la muerte del alma


FIESTA EN EL PARAÍSO (rock’n’roll)

Este hecho ocurrió en el octavo día de diciembre de 1980, cuando una aparición inesperada causó cierta mezcla de estupor y asombro entre los ángeles más jóvenes.
Un hombre de mediana edad, proveniente de un planeta azul al que había enseñado a imaginar, vestido de negro y con una epiphone despintada colgada al hombro, llega a un cielo colmado de diamantes y, sin más, como carta de presentación, comienza a tararear una canción que habla del amor como respuesta, y pegadita, otra que cuenta sobre héroes de la clase trabajadora.
Siguieron algunos de sus clásicos, todo condimentado con joyitas de otros querubines, como cuando comenzaron a sonar los acordes de be bop a lula -de un tal Vicente, otro de los espíritus celestes-. En ese momento, prácticamente no quedó ningún ángel sin batir palmas e, incluso, los más osados se animaron a rocanrolear en las altísimas nubes de un cielo de mermelada.
Luego de la comunión de las almas, San Pedro recibió al más rebelde de los ángeles.
- Sea Bienvenido, Mr. Lennon, ya estábamos bastante anquilosados aquí en el paraíso.

La Virgen esa misma noche lo amó.


FISURADO (blue)

Bebí de tu jarro vacío
de sentimientos

Luego de caminar
aquello que el deseo pedía
te dabas vuelta

En tu país
no existían las buenas noches




Pájaros cubiertos de ceniza se imprimió, y encuadernó de manera artesanal. 
Tatuaje en el viento / 2   
ISBN: 987-97974-1-8

El viaje circular (1973-1981)


El viaje circular
(1973-1981)

Diagramación de cubierta e interiores:

La casa verde,foto de tapa «Escuela de Comercio General San Martín,
división 4º 5º, La Plata 1975»
ISBN: 987-97974-0-X


a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo,
y desde ellas
a todos los Compañeros,
que al igual que el poeta,
sabían que hay otro mundo,
y que está en éste.


COMIENZO
1976

Vahos de luces
crepitan.

Sueños.

Marcas incomprensibles
en mi frente.

Risas
endemoniadas
lloran.

Sueños.


SILENCIO...
1976

Silencio
que acompañas
mis horas solitarias,
marchitando recuerdos,
y también, rosas blancas,
no hurgues demasiado
en mi piel lastimada.

Silencio
que me hablas
en todas mis mañanas,
te pido que alejes
la borrasca
de mi ventana.


ERES PARTE DE MÍ
1976

El sol se acurruca entre las sombras.
El vino adormece el alma.
Tan solo, estoy aquí, esperándote en silencio.
Tu ternura mansa recorre mi imaginación.
Tu luz, como una tarde sin nubes, sobrevive en mí.
No, no te besé, y hasta tuve miedo de hablar;
intenté negarte, y fue en vano.
Ya eres parte de mí.

Ya sé, no vendrás, pues no sabes de mi espera;
y desde las tinieblas de mi alma
deseo verte desnuda;
sobre un manto blanco,
derramar tu sangre,
y vivir con tu recuerdo hasta morir.

Pero: ¿dónde estás? ¿en qué triste barco
partirás a la nada? Pronto sabrás
que tu luz brillando está en mí.
Y la soledad secará
nuestras lágrimas. Ya eres
parte de mí. Ya eres
parte de mí.


PEQUEÑOS ZAPATOS...
9-10-1976

Pequeños zapatos de niña descalza
que guardan secretos de madrugada.
Gotas de rocío tienen tu espalda
de una extraña noche que crees soñada.

Y aunque tu cuerpo sigue intacto,
y aunque tu voz suene igual,
tu ser ha cambiado; y al llegar el alba,
de pronto, en mujer te conviertes.


ÁRBOL
30-8-1977

Caen sus hojas, no es otoño.
Caen sus ramas, su tronco,
se caen, después de años
de ser observados.
Pero los prisioneros ojos
no descubren el inmenso
amor despedido.

Las palabras
como salvajes flores,
y una extraña quietud
rodeando los cuerpos.
Pero sabes
guardar sus colores
en tu corazón de poeta;
y poco a poco los irás dejando
a la sombra de tu árbol.


ENAMORADA...
26-11-1977

Enamorada de la mañana
con tu pollera danzando al viento,
melodía dulce de poder vivir;
baila tu sonrisa, y en la hornalla
se enciende el té que nos cuidará.

Corres por la arena, corres
por el agua, por el verde corres,
siempre igual, nunca
cambiará; y la noche
abre sus puertas; y la luna
nos guía a esas rocas
donde habita el color.

Y se cruzan nuestros ojos,
y crepitan nuestras piernas,
y vestidos imaginarios
cuelgan de las estrellas.

Enamorada de la mañana
con tu pelo en el viento,
y tus ojos que son mi voz.


MUJER DEL TIEMPO
6-1-1978

Mujer del tiempo
recorre mi cuerpo
la casa espera
una cocina revuelta
y el suave murmullo
de esos niños no nacidos.

Mujer del tiempo
sin tu perfume de viento
no brillan mis ojos
en la habitación sin luz.

Mujer del tiempo
dónde podré hallarte
para poder llevarte
hasta el sol.


AH, SE DERRUMBÓ...
30-4-1978

Ah, se derrumbó el sol,
millones de pedazos
se amontonan a mis pies.

Sin luz,
y el calor me hiere
hasta gritar.

Perros, perros,
corren por encima de mí,
con sus patas de clavo;
y me crucifican
en el asfalto.


TRISTE AMANECER...
3-5-1978

Triste amanecer de invierno,
deja tu paso huellas en el alma.

Una vieja cama, cansada de soportar
mi cuerpo, me despierta.

Sin apuro, y contando los movimientos,
el tiempo espera.

Mis ojos se hinchan, lágrimas saldrán
a mojar el piso de aserrín.

El café se enfría sobre mi escritorio,
y en él mis libros de secundaria.

El disco gira y dice:
«Cuánta ciudad, cuánta sed, y tú un hombre solo.»


SUENA FUERTE...
12-5-1978

Suena fuerte la melodía;
y desmayado en el espacio,
baila mi pijamas a lunares.
Parcos fantasmas duermen
en las noches junto a mí,
insultando a mis débiles piernas.

Ellos quisieron llevarme.
Ahora suena fuerte la melodía,
la puedo escuchar desde mi cama.
Y me quedaré así
hasta iluminarme nuevamente.
La madre mágica
sirve hierbas y todo lo demás.

Los ojos se desperezan,
pronto sonreirán. Y ya,
despierto, veo mis libros,
las luces de la naturaleza, y al sol
que me quiere acompañar.


CÍRCULOS
22-5-1978

Un círculo oscuro, sólo
un círculo, encerrándome,
miedo a caer, a llorar sin voz.

Un círculo pequeño, inmenso
en el tiempo, con poco silencio,
gritos de dolor, manos
golpeando mi cara fría,
piernas elásticas.

Un círculo sin vida, enemigo
de mis días, carne quemada,
estrellas mutiladas.

Un círculo mío, y de nadie más.
Un círculo carente de vida,
y tan real.


POEMA
10-1978

...
y un rayito de sol jugará
en el hueco de tus pechos
...


SOBRE TODO EL SILENCIO...
12-3-1979

Sobre todo el silencio
y las voces de los compañeros
muertos anidan en mi mente.

Luego de cada mañana
el camino sigue su senda
en la ruta del encierro.

Oye tan sólo un momento:
el latido de la tierra
también está en tu cerebro.

Y háblame de bosques
que rugen necesariamente
en los sueños. Después de todo

el silencio, en cada alma
de sus dueños, en cada silla rota
de terciopelo, en el mundo de tus sueños.


ENTRE LOS EDIFICIOS...
15-6-1979

Entre los edificios
se perdió la mirada de un duende.
Fue por entonces cuando descubrí
la existencia de un hermoso pájaro.

Se posó sobre las altas colinas
de una terraza, entonando una lenta
y dulce canción de invierno.

Una nube oscureció la inmensidad
de las sombras, dejando huellas en el pasto.
Ahora son tus ojos los que miran la distancia.

Perdido en historias de viejas
esperanzas destruidas, un duende
flota plácido en el tiempo.

Junto a él un demacrado pájaro
trata de hilvanar recuerdos perdidos.
Toda triste canción de invierno
no podrá llegar a un nuevo horizonte.


AUNQUE...
17-11-1979

Aunque nadie esté en mi cuarto,
Charly y Nito suenan extrañamente por la radio.
Aunque las letras crezcan y suban,
esparciéndose por el universo,
es la sensación de lo hermoso de estar vivo.
Aunque el llanto se distraiga
entre el humo de un cigarrillo,
y las estrellas encendidas
se oscurezcan de sólo mirarlo,
es el murmullo de una suave historia
nacida de la nada.
Aunque hojas y libros estén esparcidos
sobre el escritorio empapelado,
y los finales se acerquen ansiosamente,
aún no llegó diciembre,
me ayuda saber que estoy aquí.
Aunque la lucha sigue
sin saber nadie la verdadera razón,
y el dinero es rey, vale más que una ilusión,
me duele poder respirar tanta paz.
Aunque las luces se apagaron y las sábanas
abrazan mi ser, el calor es un amigo que siempre está,


acompañando cada silencio desvanecido.


LIBERTAD
1-3-1980

En el ardor
de tus manos
encuentro

la inmensidad
de mi sonrisa.

(Sigues
siendo
la palabra

aún no mencionada).


PIEDRAS
29-7-1980

Soy
una piedra
colocada
en un rincón.
Pasan a mi lado,
pero nadie me ve,
y no me sienten.
Existo
únicamente
en mi pensamiento,
y para los demás,
soy tan sólo
una fría piedra
en un rincón.


DETRÁS...
5-8-1981

Detrás del espejo,
se ve la figura
de un hombre.
Este augur se acerca,
lentamente,
extiende la mano,
trata de alcanzar
el divino cielo,
no lo consigue.
Vuelve a intentarlo
repetidas veces,
hasta dar por finalizado
el acto en cuestión.
Luego gira,
y sin abrir sus ojos,
se dirige al espejo
bañado en sangre.


FUEGOS
7-9-1981

Ah, ese fuego
que se hunde
por debajo de
tu pollera
de terciopelo

(y allá ván
los pájaros
de la sabiduría

a encontrarse,
a encontrarse,
no importa dónde).


POEMA FINAL
11-9-1981

suave crece el árbol, dónde se escondió la sombra
las secas uvas por el sol
observan la celeste nube

naciendo la mañana, bostezan mariposas
un rayo sutil se incrusta
en el cráneo de una hormiga perdida

es la hora de levantar los pies, es la hora
de continuar la marcha

sentado sobre una piedra caída
el violín observa a la deliciosa manzana
se hunden mis dedos en el corazón caliente

su sangre corre por mi lengua
la esfera amarilla, y sus dedos tocan la dulce
melancolía, mi cielo transparente

vamos,
junta las cosas recostadas en el polvo
es la hora de seguir la marcha, es la hora
de mirar el sol