4/8/09

La madre tierra


Luego de la tormenta, desentierra algunos de sus muertos. Osamentas descarnadas, guardadas celosamente en días anteriores a la anticipada lluvia. Y apretando entre sus patas delanteras a uno de esos cadáveres lo comienza a lamer. Una y otra vez. Lame una y otra vez, como en una ceremonia. Hasta liberar el último presagio. Para que brille, sin moscas, nuevamente al sol, enrojecida de nada.


_
Foto: jmp
_
© José María Pallaoro
_

No hay comentarios: