18/11/14

Con los amigos del teatro de máscaras









          Con los viejos amigos del teatro de máscaras nos proveímos de latas, plásticos y sogas. Fuimos a la playa al atardecer. Encendimos el fuego con ramas y hojas que juntamos desde el edificio de alto hasta los primeros peldaños de arena. No había nada para beber. Nos quedamos en silencio toda la noche, algunos mirando las aguas quietas, duras. Otros, unos pocos, boca abajo, aplastados, como moscas, en la negra arena. 



City Bell, 02, 01, 2013

2 comentarios:

La abuela frescotona dijo...

veo en tu blog el espíritu de una época en que ardía un fuego sagrado, lo viví en un tiempo lejano, el mio. ya los años comenzaron a retirarme algunos privilegios como la memoria, me dio alegría pasar por "los ojos", saludos.

José María Pallaoro dijo...

muchas gracias, abue frescotona.
miraré un poco "por allá".
mi abrazo.